Torremolinos



Cuando visité Torremolinos, por primera vez, me conquistó y decidí quedarme. Una acertada decisión, pues a pesar del cambio, lógico por el paso del tiempo, me sigue atrayendo. Fue en la primavera de 1964. Creía haber terminado mis estudios y Torremolinos me pareció el sitio ideal para mis vacaciones. Y allí me fui, ligero de equipaje pero pleno de ilusiones, a conocer el que tenía fama de ser el lugar de moda y más divertido de todas las Costas. Lo demás, fue sencillo: Me enamoró, me enamoré y decidí quedarme.  Me licencié en Turismo y, desde ese fascinante mundo, he contemplado todos sus cambios: Los esplendores de los años 70 con más de 200 lugares comunes entre Discotecas, Tablados Flamencos, Nigth Clubs y distintos lugares de diversión, su decadencia en la década siguiente, la lucha por conseguir su propia identidad como pueblo después de 64 años de anexión con Málaga, y su explosivo resurgir a finales del siglo pasado. Desde entonces hablar de Torremolinos sólo sería recordar y contar cosas….


En estos últimos años, sobre todo, ha tenido un cambio espectacular. Está cambiando día a día. Mucho más de lo que el más optimista podría haberse imaginado hace años. Y no sólo en el aspecto exterior con calles en perfecto asfalto, nuevas plazas con elegante iluminación y artísticas glorietas, zonas ajardinadas, magnificas playas con cientos de palmeras que forman oasis imaginarios a lo largo de un moderno paseo marítimo de 7 km, sino en algo que se va descubriendo día a día a través de las Delegaciones de Cultura y Fiestas, de Deportes, de Turismo, de Bienestar Social etc...  En definitiva, un Torremolinos que ha vuelto a ser el municipio turístico por excelencia, el lugar que, como señala la prestigiosa revista “Highlife” que distribuye en todos sus vuelos la compañía aérea “British Airways”, todos quisieran para vivir, señalándole como uno de los 50 sitios más auténticos del mundo. Por eso decía que hablar hoy aquí y presumir de él es fácil. Y como una imagen vale más que mil palabras aquí os dejo con estos vídeos: el Viejo y siempre añorado Torremolinos, pero también este Nuevo, elegante y moderno de Pedro Fernández Montes, verdadero hacedor de tan espectacular cambio.




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