Enamorado de Turón, hasta la médula
Turón
y Tomillo, Tomillo y Turón, T&T...una marca patentada.
Tomillo y Turón dos hombres indisociables, parece un lema, como una marca, una historia de amor
Tus padres pasaron de ser hijos adoptivos a turoneses acérrimos...
Sí. Los Tomillo son de Pola de Lena y mi madre navarrica. Pero se han hecho
aquí desde su llegada cuando eran chavalillos. Aquí hemos nacido mi hermana y yo.
Turón será siempre nuestro pueblo natal, el lugar de mis primeros despertares.
¡Es absolutamente todo! Pero no es meramente un amor romántico por el paisaje
es un vínculo indestructible con los amigos de siempre. Evidentemente es la
gente la que me hace sentirme bien cuando me escapo por aquí. Todo esto sigue
siendo lo mío, mi pueblo y mi gente.
¿Algo especial que tiene Turón y
que no tengan los demás rincones del ancho mundo que recorriste sin cesar?
Esto es como el amor, algo difícil de explicar. Se entiende desde dentro.
Reconozco que no es racional pero tampoco tiene por qué serlo. Está por encima
de toda contingencia y los kilómetros nunca lograrán borrarlo del corazón y de
la memoria. Y estoy seguro de que esto lo pueden certificar, quizás con otros
matices, todos los turones, sobre todo los que vivimos fuera.
Y a ti que diste varias veces la vuelta al mundo, visitando lugares de ensueño, en calidad de guía turístico, ¿no te queda esto un poco pequeño?
Y a ti que diste varias veces la vuelta al mundo, visitando lugares de ensueño, en calidad de guía turístico, ¿no te queda esto un poco pequeño?
¡En absoluto! Esto está escrito con caracteres gigantescos. Cuando me hablan de
Turón en cualquier rincón del mundo, mi Turón toma caracteres de gran ciudad.
Para mí es el pueblo más importante que existe y lo defiendo a uñas y dientes
allá por dónde voy, lo llevo como bandera. Eso no me hace olvidar los grandes
desafíos que tiene el valle, la pérdida de puestos de trabajo…pero yo, fuera,
me siento embajador de este pueblo con historia y confío en la gente para que
tenga el futuro que merecen y necesitan nuestros jóvenes. El amor no me ciega,
me da fuerza para defender lo mío.
¿Es verdad eso de que llegaste a hablar de Turón con una tribu Masai en África?
Bueno la verdad es que le puse a un Masai una camiseta de Turón, una que me
había dado SOTUFE. Hay dos cosas que llevo en el corazón a cualquier rincón del
mundo: el Sporting de Gijón y mi Turón querido.
Sin
embargo, un día te fuiste del valle…
Sin
embargo, un día te fuiste del valle…
Fue por las circunstancias. Era joven y me aburría en el hospitalillo de
Hulleras poniendo inyecciones. Eran las vacaciones de 1964. Junto con Toni
Hevia, inspector médico en Mieres, fuimos a Torremolinos, que era en aquel
entonces el epicentro de todas las costas de España. Me encantó el clima y el
carácter abierto de la gente. En una palabra: me conquistó y decidí quedarme
allí. De esto ya hace 46 años. Pero el tiempo nunca fue óbice para que yo
arrincone a Turón. La nostalgia por el pueblo se despierta a menudo. Vengo unos
días y después de verlos a todos, de recargar las pilas, vuelvo al sur. Son idas
y vueltas Torremolinos-Turón, un volver a empezar cada vez.
Lo tuyo de todas maneras es viajar, como dice el poeta “andar y nadar los caminos sin nadie que me entretenga”…
Es lo que hecho siempre por profesión y por amor. En Torremolinos vi como vivía
el turismo y sobre todos los guías turísticos. Tomé la decisión de dedicar mi
vida a esa pasión por el viaje. Me diplomé en turismo en Málaga, trabajé tres
años dirigiendo varios hoteles y empecé lo mío que era viajar. El turismo
internacional me metió de lleno en este mundo fantástico. Seguramente recorrí
el mundo veinte veces. Acabo de hacer un recorrido de más de 40.000 km,
incluida la Antártida. Aunque estoy retirado como consecuencia de una
enfermedad que tuve hace seis años, sigo viajando. Después de tantos años de
colaboración, hoy me vienen invitaciones para cruceros y todo tipo de viajes de
promoción. Me siento bendecido por la suerte.
Entre los montones de anécdotas de ese largo recorrido por el mundo, ¿alguna de encuentro con turoneses en lugares inesperados?
En muchos sitios. El año pasado estando en Argentina me enteré de que el Coro
Minero estaba dando una gira por América del Sur y que iba a actuar en Buenos
Aires. Yo acababa de dar el pregón de Asturias en Mar del Plata y enseguida
imaginé una charla sobre la gesta de Asturias, el episodio de Covadonga y la di
allí en el centro coincidiendo con el Coro. Impresionante, inolvidable
encontrarme a 13000 km de distancia con Turón, eso no se me olvidará jamás. Es
uno de los detalles más emotivos de estos últimos años. Pero turoneses los hay
por todo el mundo. A Torremolinos ha ido a visitarme gente que venía de
Bélgica, de Francia… Como estoy muy vinculado con el centro asturiano de
Torremolinos del que soy vicepresidente de honor me encuentro con todos los
turoneses que pasan por Torremolinos desde cualquier rincón del mundo. El
cordón umbilical que nos une a todos los asturianos son los centros asturianos
que hay por el mundo. Recuerdo que un día paseando por los Campos Elíseos en
París oí alguien que gritaba ¡Licinio! … Ya sabía que era uno de Turón porque
Licinio únicamente me llaman los de Turón, para los demás soy Ricardo. Una
seña, un lazo más.
¿Alguna vez te sentiste relaciones públicas de Turón?
Siempre, allá donde vaya. He dado cantidad de pregones sobre Asturias, en
Argentina, en Uruguay, coincidiendo con el centenario del centro asturiano de
Montevideo…Por supuesto estoy muy orgullosos de ser asturiano y me siento un
poco embajador de esta tierra, pero siempre intento que salga a colación el
nombre de Turón porque lo llevo muy dentro.
¿Y lo de los libros…otra pasión?
¿Y lo de los libros…otra pasión?
Ha sido una inquietud desde chavalete. Siempre fui un gran romántico. Me
encantaba embellecer y poetizar todo mi alrededor. Pero como suele
ocurrir, muchos de estos escritos los rompía, algunos los guardaba,
pocos. En mi primer libro salieron recopilados algunos de estos textos de
cuando tenía 18 o 19 años, toda una serie de inquietudes. Con el
cuestionamiento constante de las cosas surgió la idea de escribir. La escritura
me encanta y me llena. Sobre todo en esas horas mágicas de la noche, a las
doce, cuando reina el silencio. Es el momento para pensar, divagar, escribir.
Es un momento para vivir con intensidad la vida por eso nunca dejaré de
escribir. Pero queda claro que es un hobby, en absoluto me considero escritor,
sería un insulto hacia los verdaderos profesionales. Ahora estoy trabajando en
una novela. Los relatos cortos son momentos de reflexión, pensamientos, la
novela es un mundo.
¿Qué te queda por vivir?
Muchos años y muchas cosas estoy enamorado de la vida y de mi pareja.
¿Algo
aún por realizar?
Siempre
hay algo, algo por lo que merece la pena seguir, continuar este camino tan
agradable para mí. Me queda la satisfacción de haber vivido lo que viví, sobre
todo después de esta enfermedad y tres operaciones complicadas. Ya han pasado
seis años y no queda nada de es tremendo susto pero esos momentos complicados
me han hecho reflexionar mucho, volverme aún más sensible. Ahora todos mis
amigos son más amigos, soy más condescendiente con todos, con mi familia,
conmigo mismo. He jugado mucho con mi conciencia... al final estoy agradecido incluso
de haber pasado esos dos años fatales luchando contra el cáncer. Lo agradezco
porque esto me ha descubierto que no soy tan mala persona como pensaba. Por lo
menos intento jugar mucho con mi conciencia, que nada se me reproche, intento
por todos los medios de ser un poco mejor de lo que era.
¿Qué supuso para ti dar el pregón de 1998 en tu pueblo?
Algo entrañable que quería hacer. Gracias a SOTUFE por haberme dado esa
oportunidad de poder expresar, ante tantos amigos a los que no veía desde hacía
muchos años, todo el apego emocional hacia el valle. Todo, durante y después
del pregón, fue una declaración de amistad enorme. Salí más unido al pueblo.
Estaba unido por dentro, el pregón me permitió el demostrarle a Turón lo mucho
que significaba…
Tu pregón fue algo diferente, fotografías acompasadas a la palabra…
Fue una colaboración muy agradable con Secades. Había que acompañar el sentimiento con esas imágenes imborrables que llevaba dentro. La palabra a veces es insuficiente, tienes que acompañarla con fotografías. Julio César me permitió que eso se pudiera llevar a efecto. Ese pregón “único”, diferente me hizo sentirme más unido. Nadie puede quedar impasible ante el encanto de Turón.
¿Cuál sería tu lema de tu Turón?
¿Con qué palabra reflejar lo mucho que siento por Turón? … ¡No existe el adjetivo! Lo es todo para mí, está por encima de todo. Los 45 años de Torremolinos, quizás al principio por razones un tanto egoístas, al final me ha conquistado. Y es que Torremolinos es un regalo, una fiesta para la vida. En él me siento feliz, pero lo que llevo realmente, profundamente dentro, es Turón, mis raíces. Mi romanticismo es el fruto de todos los recuerdos afectivos, lo sé, pero es una faceta de la vida muy importante. Conozco perfectamente la realidad actual del pueblín y sé que los retos son enormes. Por eso estoy muy agradecido a toda esa gente que se mueve y lucha dentro del valle por un futuro mejor. Mi lema sería pues: Turón, con raíces y futuro.
Entrevista realizada por Julio César Secades y Jorge Varela para elvalledeturon.net, 15 de septiembre de 2010