Entre recuerdos y meditaciones - Libros editados
"Cosas de...", julio 1991
"Cosas de...", julio 1991
Presente habitual en tierras portuguesas, especialmente en la cosmopolita Costa de Estoril, Ricardo Tomillo, es por todos admirados, dadas sus cualidades de excelente comunicador, con un verbo facil y natural, que alía a una simpatía nada común.
En 1985, al fundarse "Estoril-SintraJornal", semanario independiente de cultura y turismo de la Costa de Estoril, le invité a integrarse al equipo de redacción, esencialmente profesional y, simultáneamente, para que fuese el representante legal de nuestro semanario en la Costa del Sol. Iniciamos, en conjunto, un estudio paralelo al proceso de desarrollo de las dos Costas, en una tentativa de hermanar los exponentes máximos del turismo español y portugués, en una plena afirmación de nuestro íntimo amor y respeto por los dos países de la Península Ibérica.
Su gran amor a Portugal, y a sus gentes, constituyó la base de una gran amistad, que nos une, amistad que fue consolidándose a lo largo de los años… Cuando me solicitó el prefacio de su bro "COSAS DE...", me sentí profundamente honrado.
Para mí, Ricardo Tomillo, además de ser una de las personas con las que más gusto dialogar y filosofar, reúne una serie de cualidades poco vulgares. Señor de una esmerada educación y cultura, comunicativo, solidario, apasionado fiel de la Naturaleza, él encarna uno de los últimos "gentleman" románticos de este final de siglo.
Toda su pasión y sensibilidad por las grandes y pequeñas "cosas" se revelan en el siguiente episodio:
Una noche, ya de madrugada, regresando de Lisboa, después de haber cerrado una nueva edición de "Estoril-SintraJornal" y necesitando contactar a Ricardo para discutir el programa del día siguiente, me dirigí al Hotel Cibra, donde se encontraba hospedado. Me extrañé, por lo avanzado de la hora, cuando me dijo el recepcionista que había salido en dirección a la playa. Sería cerca de las tres de la mañana.
No tardé en descubrirle, sentado encima de una roca, escribiendo, iluminado por la luz de una linterna.
Llegado cerca de él, no se apercibió de mi presencia. Al interrogarle sobre la razón de estar a aquella hora de la madrugada, solo, escribiendo a la luz de una linterna, mirándome atónito, me respondió con su eterno mirar de loco soñador:
No tardé en descubrirle, sentado encima de una roca, escribiendo, iluminado por la luz de una linterna.
Llegado cerca de él, no se apercibió de mi presencia. Al interrogarle sobre la razón de estar a aquella hora de la madrugada, solo, escribiendo a la luz de una linterna, mirándome atónito, me respondió con su eterno mirar de loco soñador:
-"Bajo las estrellas del cielo y oyendo el rugir de las olas al romperse ... y tantos recuerdos, estoy acompañado, no sólo".
Esta es una pequeña imagen de la manera de ser y de estar de Ricardo Tomillo.
Estoril 1991, Julio 23
A.M. Raposo Pena, Director y editor de “Estoril-Sintra Jornal”